La
navegación en barcos de vapor tiene su testimonio más remoto en los momentos
augurales de la tercera fase de la República. Vale decir, cuando un comerciante
inglés radicado en Angostura (1819) publica en el Correo del Orinoco sus
observaciones sobre las dilaciones para remontar el río, especialmente durante
la estación de las calmas y fuertes corrientes lo cual sugiere, podía
desaparecer adoptando el uso de los Botes de Vapor.
En 1819 el Bote de Vapor ya había llegado
a Trinidad y viajaba entre Puerto España y San Fernando, reduciendo a 9 horas
esa ruta que entonces cubrían barcos de vela en 3 y hasta 4 días de navegación.
El propietario de este Steam-Boat
quería extender la ruta de su novedoso barco hasta el Orinoco y con ese
propósito le escribió a su paisano en Angostura, coronel James Hamilton, a
objeto de que interesara en ese sentido al Libertador, pues ya el barco había
realizado viajes de pruebas hasta las Bocas del Orinoco desarrollando una
velocidad de 6 millas y media por hora a fuerza de leña encendida y movido por
chapaletas.
Calculando el interesado que el viaje
de Puerto España a Angostura tardaría cinco horas, asoma como condición para
efectuarlo “28 novillos gordos a moderado precio y leña a la mano”. Por vía de ensayo el Consejo del
Gobierno Supremo con sede en Angostura, aceptó la proposición, pero el Correo
del Orinoco no da cuenta si de verdad se hizo. Lo cierto es que en agosto de
1819, el Congreso de Angostura concedió al coronel James Hamilton el privilegio
de exclusividad para establecer una
línea de navegación a vapor por el río Orinoco y sus afluentes, la cual prestó
servicios hasta 1831 entre Angostura y Trinidad.
El barco de vapor que navegaba en la
vecina Isla de Trinidad cubriendo la ruta Puerto España-San Fernando, fue uno
de los primeros en atravesar el Atlántico. Inicialmente (1818) lo hizo el “Rising
Sun”, propiedad del inglés Lord Cohrane. El 15 de julio de 1819 otro
buque americano de 800 toneladas, el “Savannvah” atravesó el Atlántico,
desde Nueva York a Liverpool, en 26 días, durante los cuales sólo empleó las
calderas durante 18 días, los restantes viajó con ayuda de las velas.
En octubre 1827 cuando Guayana era
Departamento de la Gran Colombia, había un barco de vapor en el puerto de
Angostura en el cual fue embarcado y expulsado el Pbro. Eduardo Blanco y según
Tavera Acosta, quien extrae la información del Diario del general
Ascensión Farreras, el 21 de febrero de
1831, salió de las Fortalezas de Guayana la Vieja hacia el puerto de Angostura,
en buque de vapor, el Rvdo. Padre Fray Simplicio Matheus, cura de ese Cantón.
En 1848, el Gobierno del General José
Tadeo Monagas decretó el privilegio de navegación por el Orinoco y Apure,
obligando a la compañía favorecida a llevar
gratis el Correo. Tal privilegio por el lapso de dieciocho años fue otorgado al
norteamericano Vespasiano Ellis; sin embargo, el 2 de mayo de 1849 fue derogado
y transferido a los socios E. A. Turpin y Frederich Anthony Beelen. Entonces
los Estados Unidos de Norteamérica tenían Consulado en Angostura a cargo de
Adolfo Wappaus, quien era de Hamburgo y se hallaba en Guayana asociado con
Adolfo Wuppermann, George Blohm y C. A. Gellert en una casa mercantil que
giraba bajo la razón social de Wuppermann y Compañía. Este Wappaus construyó la
llamada hoy “Casa Wantzelius”, hermoso inmueble de estilo neoclásico
ubicado en la Calle Libertad y el cual fue restaurado por el Gobierno Nacional
para ser destinado, sin que se cumpliera, a la Sociedad Bolivariana.
Tavera Acosta en sus Anales de Guayana
(pp. 511) dice que el 29 de enero de 1849 (Gobierno de José Tomás Machado)
llegó al puerto de Ciudad Bolívar el “Venezuela”
comandado por el capitán E. A. Turpin, el primer barco de la empresa naviera de
Vespasiano Ellis y comenzó a navegar hasta el Apure en el mes de mayo. Luego la
empresa incrementó su flota con “El
Apure” capitaneado por George Treviranus; el “Barinas”, al mando de John G. Harmmer; el “Orinoco”, conducido por el capitán Antonio Ricci y en 1856 fue incorporado
el vapor “Meta” al mando de Martín
C. Kohler. Más tarde arribaron el “Guayana”,
el “Toro”, el “Nutrias”, el “Héroe” y
el “Bolívar”, hermoso barco de
chapaletas laterales que naufragó el 26 de febrero de 1902 a su regreso de
Trinidad, después de 22 años de servicio. El mantenimiento y reparaciones de
estos barcos se hacían en la vecina isla antillana.
En 1863, el Ejecutivo Nacional
suscribió un contrato con Jorge Traviranus para establecer en plazo de 8 meses,
la navegación entre La Guaira y Ciudad
Bolívar, con escalas en Barrancas, Carúpano, Pampatar, Cumaná y Barcelona. Dos
años luego el Gobierno permitió la navegación a barcos de bandera extranjera
destinados al comercio interior. Eso permitió que las unidades de la Orinoco
Shipping & Tradign Company navegaran entre Ciudad Bolívar-Trinidad
y La Guaira con escala en puertos intermedios hasta octubre de 1900 cuando el
Gobierno de Cipriano Castro rescindió el contrato.
La otra empresa de navegación fluvial
que explotaba las rutas del Orinoco y sus afluentes era la Compañía de Vapores La Estrella
Roja con los vapores Apure, Nutrias, Guanares, Socorro, Masparro.
El Presidente de la Estrella
Roja era el doctor José de Jesús Gabaldón, quien más tarde sería
Presidente del Estado. Sus barcos atracaban risueños en la rada angostureña,
procedentes de puertos fluviales de San Fernando y Zamora (Barinas) y otros de
las costas marítimas de Venezuela y las Antillas.
El 28 de marzo de 1904, con la anuencia
del Congreso de la República, el Ejecutivo Nacional y Manuel Corao firmaron un
contrato para fundar la Compañía de Vapores del Orinoco con
los activos de nueva línea inició el transporte naviero por el Río Padre con
los siguientes nueve barcos: Delta, Apure, Socorro, Orinoco, Alianza,
Arauca, Boyacá, La Verdad y Masparro.
Otros barcos que con regularidad hacían
escala en Ciudad Bolívar desde Trinidad y otros puertos nacionales eran el Manzanares,
el Guárico y el Whitney. Este último naufragó el 27 de junio de 1904 en
Río Grande, ruta hacia Trinidad, luego de chocar contra el “Zumbador”, barco de
guerra. En su penúltimo viaje, desde La Guaira, había llegado a Angostura con
2.977 bultos de un ilustre pasajero: el general José Antonio Barroeta Briceño,
nombrado por el Ejecutivo, Administrador de la Aduana de Ciudad Bolívar.
Tripulantes y pasajeros del Whitney sobrevivieron y fueron trasladados a Güiria
por el propio barco nacional de guerra.
Mala racha. Un mes después, naufragó el
vapor “La Verdad” en las inmediaciones de la Isla Conejo. Había
zarpado en la mañana del 27 de julio de Angostura hacia el Puerto de San Félix
conduciendo a bordo a Bartolomé Tavera Acosta, entonces Interventor de la
Aduana y Aureliano Robles, Juez de
Hacienda. No hubo pérdidas de vida ni de carga. Los auxilió a tiempo el
Masparro.
En abril de 1909, los accionistas de la
Compañía
Vapores del Orinoco resolvieron
liquidarla y designaron liquidador al comerciante Roberto Handerson, quien la
concretó y dio paso a la Compañía de Navegación Fluvial y Costanera
de Venezuela” para continuar explotando el contrato que sobre
navegación del Orinoco y sus afluentes aprobó el Congreso en 1904 a favor de la
Compañía
de Vapores del Orinoco, cuyos derechos traspasó Guillermo Montes y éste
a la expresada Sociedad previa aprobación del Ejecutivo Nacional de fecha 21 y
22 de mayo. La Directiva de la nueva Compañía de navegación quedó presidida por
Román Delgado Chalbaud; Vicepresidente, Roberto Handerson y Vocales: Josse
Handerson, Eliseo Sarmiento y Luis Alcalá Sucre. Arrancó con un capital de 3
millones de bolívares.
El 2 de agosto de 1911, la Fluvial
Costanera se transformó en la Compañía Venezolana de Navegación (CAVN)
con el mismo capital de 3 millones de bolívares. El General Juan Vicente Gómez era el mayor
accionista. La CAVN llegó a
configurar casi un monopolio de la navegación naviera del país.
Cuatro años después de haberse
constituido la CAVN, naufragó uno de
sus barcos heredados, El Masparro. Había zarpado el 15 de
julio de Puerto de San Fernando llevando en su bordo al General Ramón Garrido hijo: coronel
Benjamín Olivieri, Gral. Ignacio Quintana, coronel Juvenal Colmanares, Enrique
Pocaterra, varios oficiales, tropas y los pasajeros Tomás Márquez, Luis Trejo
Esté, Arturo Saene y Francisco Lara. Viajaban con destino a La
Periquera. Total 72 personas, de las cuales cinco perecieron.
La Venezolana de Navegación tenía una
línea de barcos para el Orinoco que hacían escala en Ciudad Bolívar, Almacén, Boca del
Pao, Moitaco, Santa Cruz, Mapire, Las Bonitas, Caicara, Cabruta, La Urbana,
Santa Bárbara, Santa María, Los Barrancos, Puerto Páez y Puerto Ayacucho.
En enero de 1915 se estableció una
nueva línea de vapores The Welcome Steamship. Fue
inaugurada con el vapor Bienvenido para servir la ruta La
Guaira-Ciudad Bolívar con escala en Barrancas, Trinidad, Demerara, Maroni,
Cayena, Carúpano, Pampatar, Cumaná y Guanta.
Bajo el gobierno del general Eleazar
López Contreras se reglamentó por primera vez la navegación y comercio de
cabotaje por el Orinoco y se estableció la Compañía Real Holandesa de Vapores inaugurando
el servicio directo Nueva York-Ciudad Bolívar con escala en Las Antillas. El vapor
de apertura de la ruta fue el “Bacchos” y servía de agente la
firma comercial bolivarense Casalta y Battistini. Luego fueron sus
representantes. F. R. Salazar, casa mercantil establecida en Ciudad Bolívar en
enero de 1945 tras la disolución de la Casa Blohm & Cia. Por Resolución del
Gobierno conforme Decreto 241 del 9 de noviembre de 1943. Tenia que ver con el
boicot comercial de los aliados de la Segunda Guerra Mundial contra la Alemania nazis. Uno de sus
empleados, J. M. Sucre Ruiz (Chipo Sucre), pasó a ser Gerente de F. E. Salazar.
En 1937 la Venezolana de Navegación
adquirió La Trinidad que superó
en muchos aspectos a los barcos que hasta entonces cubrían la ruta fluvial. La
Trinidad tenía un camarote de lujo, cuatro especiales y trece más para
el pasaje de primera con capacidad total de cincuenta cupos y seis camarotes de
segunda clase par veinte personas.
Este barco adquirido para cubrir la
ruta Trinidad-Ciudad Bolívar desplazaba 970 toneladas brutas (750 netas) y
desarrollaba una velocidad de diez y media millas por hora con un calado máximo
de nueve pies. Tenía además, comedor de primera, salón para baile, salón para
fumar y era comandado por el capitán Chity Pardo.
Desde Angostura o Ciudad Bolívar, el
puerto más importante del Orinoco, se cubría una línea fluvial y marítima que
comprendía Trinidad, Cumaná, Margarita, Barcelona, La Guaira, Las Antillas y se
extendía hasta el Apure, el Meta, Portuguesa, el Guaviare, Barinas y muchos
otros pueblos intermedios.
Pero un día fueron descubiertas las
montañas de hierro de El Pao, El Trueno, La Paría y San Isidro, y la navegación
por el río se circunscribió al tramo de su desembocadura, desde Boca Grande
hasta Matanzas en un recorrido de apenas 341 kilómetros de 2 mil que antes eran
navegados. El resto del río quedó afectado y debido a ese cambio muchos pueblos
languidecen. Ciudad Bolívar perdió su Aduana y su Capitanía de Puerto Mermó de
categoría dejando de ser la ciudad mercantilista y cosmopolita de otros tiempos
y a la que Juan Vicente González comparó con la antigua y floreciente Fenicia.
Todavía, entre 1959 y 1965 llegaba al
puerto de Ciudad Bolívar un promedio de cuatro buques al mes con cuatro mil
toneladas de carga cada uno. Se recuerda al Buar, Hecuba, Reuda, Kreon, todos
de nacionalidad holandesa. El último que atracó fue el Alcoa Rommer, 8
de julio de 1966, trayendo de la República Dominicana 850 toneladas de harina.
Desde entonces es triste y desierto este puerto antes famoso de Angostura, al
que varias unidades del Comando Fluvial José Tomás Machado así como el mercado de
la Sapoara y el Club Náutico tratan de darle vida de alguna manera.
En Cronicas de Guanare aparece como copropietario de Estrella Roja del Orinoco Don Luis Espiritu Delgado, el ancla y cigüeñal del vapor Masparro o Socorro, no recuerdo bien se encuentra en el Museo de CasaCoima en Guanare
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