La Institución bomberil existe
en Bolívar desde el 5 de agosto de 1947. Hasta entonces los incendios eran
extinguidos por soldados, policías y civiles que espontáneamente se ofrecían
para colaborar con sus propios recursos.
El primer incendio ocurrido en
la Provincia de Guayana aparece registrado en Angostura, 1766, a dos años de
haberse trasladado la Ciudad Capital. Entonces destruyó la mayor parte de las
viviendas y de ello da cuenta el comandante Joaquín Sabás Moreno de Mendoza a
las autoridades reales de España.
Recién
conquistada Guayana por los patriotas, explotó una fábrica de dinamita, 16 de
julio de 1818, en el sitio “La Ceiba”, escasamente distante de
Ciudad Bolívar. 35 mil kilogramos de dinamita acumulados en el depósito de la
fábrica dirigida por Lec Welcher, estallaron causando la muerte a 50 obreros.
Setenta
años después, justo el 16 de julio de 1888, Día de Nuestra Señora del Carmen, volvió
a explotar la fábrica de dinamita que había sido reinstalada a dos kilómetros
en la parte oriental de la Ciudad, por la firma comercial Frustuck Hermano, que
proveía de explosivos a la Compañía Minera de El Callao a
través de los carros bueyes de don Carlos Siegert. En el siniestro pereció el
caporal de nacionalidad suiza Adolfo Vater y otros obreros. La coincidencia de
las dos explosiones el 16 de julio generó entre los habitantes una superstición
fatalista de la que siempre se temía el Día del Carmen.
La
destrucción de la fábrica afectó a las empresas del Oro que debieron importar
el explosivo, pero racha fatal, el 13 de noviembre de ese año explotó la carga
que trajo el vapor “Louise”, anclado en el
puerto de la Sabaneta, frente a la isla
Panapana.
El
año siguiente –1889- se volvió a insistir en la fábrica, pues era una necesidad
debido a la demanda de las empresas mineras. Pero esta vez fue instalada, con
el nombre de “Dinamita Nobel”, en memoria de su inventor Alfredo Nobel, en
el puerto de Aramaya, un poco más allá de San Félix.
Aparte
de las explosiones de las fábricas de dinamitas, en la capital de Guayana se
registraron otros siniestros que conmovieron y alarmaron a los habitantes de la
región, entre ellos, el que en 1877 destruyó la Casa Blohm, el que
destruyó la Botica Boliviana de Carlos Sheling & Cía. El 21 de enero de
1904.
En
la extinción de este incendio desatado a las cuatro de la tarde del día
anterior, intervinieron 200 hombres de las fuerzas nacionales, policías y
civiles armados de hachas, picos y baldes de agua cargados desde la orilla del
Orinoco, además de la que pudo proveer el incipiente acueducto que funcionaba
con máquina de vapor.
En
la misma manzana del siniestro se hallaban los establecimientos de Blohm,
Tomassi, Montes y Monch, Miguel A.
Rodríguez y Boccardo, salvados por el
derrumbe de algunos techos y paredes que sirvieron de contrafuego. Entonces,
según una reseña del diario el Anunciador, las familias se lanzaron a las calles
buscando amparo y las azoteas parecían palcos teatrales, mientras el humo
invadía las calles y se condensaba en una nube negra y fétida. Seis horas
después, el fuego quedó totalmente extinguido.
Esta misma situación se repite el 12
de junio de 1916 al quemarse el almacén de Belloso y Roncayolo en la calle
Orinoco a causa de la explosión espontánea de un tonel de aguardiente; en abril
de 1938 al quedar destruidas 46 viviendas en El Pao y todo por un vestido caído
accidentalmente sobre una vela encendida; en marzo de 1940 al incendiarse la Casa
de J. Boccardo & Cía, lo mismo que su vecino A. T. Souky. En 1911
este edificio igualmente había sido seriamente afectado por otro incendio.
Entonces funcionaba allí la Botica Alemana de Mayer & Cía, quien pagó 170
mil bolívares por su reconstrucción a P. Luchesi. En mayo de 1941 la Bombona
de Gasolina de Carlos Correa, en el Paseo Falcón quedó destruida por un
incendio que afortunadamente no alcanzó el tanque subterráneo de combustible. En noviembre de 1943, un
pavoroso incendio destruyó los almacenes de la New Goldfield en el
campamento minero de El Perú, en El Callao, arrojando pérdidas estimadas en más
de dos millones de bolívares y en 1946, la casa mercantil de los Hermanos
Palazzi, en el paseo Orinoco, estallo en llamas. Las pérdidas fueron cuantiosas y el
seguro apenas cubrió una mínima parte.
Esta
serie de siniestros terminaron por convencer a las autoridades sobre la
necesidad de organizar un cuerpo de bomberos suficientemente equipado,
entrenado y constantemente alerta para enfrentar similares situaciones de
emergencia.
Como
era el prefecto o gobernador de distrito a quien entonces directamente correspondía acopiar medios y recursos para
atender las calamidades públicas, fue del despacho de este funcionario que
emergió en 1946 la idea de dotar a Ciudad Bolívar de un Cuerpo de Bomberos por
iniciativa de la que entonces era Secretaria, María Jesús Silva Inserni.
El
Presidente del Estado era Fernándo Alvarez Manosalva y el gobernador del Distrito Heres, Francisco Quintero
Dugarte. Su secretaria María Jesús Silva
Inserni apoyada por el Rotary Club, logró reunir ocho mil dólares para la
compra en Nueva York de un carro - bomba
en torno al cual se fundó y creció el Cuerpo de Bomberos Municipal
de Ciudad Bolívar. Esta unidad llegó a Ciudad Bolívar el 26 de noviembre de
1946, a través de Juan Casalta, agente de la Real Holandesa de Vapores que
recién había reanudado el servicio directo de navegación entre Nueva York y
Ciudad Bolívar.
De
suerte que antes de fundarse la institución bomberil, llegó primero a la Ciudad
él carro – bomba. El Cuerpo de Bomberos Municipal se fundó el 5
de agosto de 1947 coincidiendo con las festividades de la patrona
Nuestra Señora de las Nieves, por el decreto del Gobernador del Distrito Heres, Francisco
Quintero Dugarte, dictado y firmado el día anterior junto con la Secretaria del
despacho, María de Jesús Inserni. Ese mismo mes, pero el 20, es celebrado a
nivel nacional el Día del Bombero.
Quienes
tienen memoria de aquellos finales de año de los cuarenta, efervescentes por
las novedades políticas de la Revolución de Octubre del 45, recuerdan que
vinieron instructores de Caracas, enviados por su Comandante Rufino Locher
Black, a cumplir la atarea de seleccionar el personal para la formación del
Cuerpo de Bomberos.
La
Municipalidad le asignó como Cuartel una casa de la calle Libertad hasta que
fue construida una sede más adecuada frente a la Plaza
Antonio Válera Villalobos de la calle
Cumaná, donde funciona actualmente.
Pero
hasta 1981, no había una formación cabal y sistemática del bombero. Apenas una
simple transmisión de conocimientos y prácticas sin mayor base y consistencia formativas. Es a
partir de ese año cuando las cosas comienzan a cambiar favorablemente en cuanto
a promociones de bomberos y paramédicos que periódicamente renuevan y vienen a
engrosar las filas de los diferentes cuerpos bomberiles existentes en Ciudad
Bolívar, Ciudad Guayana y Upata. Para ello existe la Unidad de Formación y
Desarrollo Bomberil con sus propios instructores y de la cual han egresado
hasta el presente cinco promociones.
El Cuerpo de Bomberos de Ciudad
Bolívar cuenta actualmente para el servicio con 4 unidades de combate en
servicio, 7 ambulancias, 3 unidades de transporte, 3 lanchas, 47 bomberos
fijos, 23 voluntarios y un presupuesto aportado por la Municipalidad, pero
insuficiente para cubrir las necesidades de más personal y mantenimiento.
El
Teniente Coronel, Miguel Moreira, ex comandante del cuartel de bomberos de
Ciudad Bolívar, entiende que la dotación ahora es más difícil debido a la
crisis económicas y lo sumamente costoso de los equipos de manufactura
foráneas, los cuales hay que comprar con divisas. El Cuerpo dispone de un parque motor fuera de
servicio que pudiera muy bien recuperarse.
Fuera
de servicio por desgaste de una u otra pieza o simple avería, se encuentran 13
unidades incluyendo al primer carro – bomba, importado de Nueva York en 1946.
Este
cuerpo, aunque es sostenido por la Alcaldía de Heres, presta servicios de
emergencia a otras jurisdicciones, entre ellas, Caicara, Maripa, Zonas rurales y también Soledad del
Estado Anzoátegui.
Una
cobertura tan amplia, reclama una mayor dotación tanto de equipo como de
personal y un presupuesto no menor de 500 millones de bolívares al año si
tomamos en cuenta el déficit que acusa
actualmente el servicio aparte de que las normas internacionales recomiendan un
bombero por cada 2 mil habitantes y
Ciudad Bolívar tiene 300 mil.
En
la Ciudad se localizan zonas consideradas de alto riesgo que mantienen en jaque
a la ciudad Tales son los edificios que carecen de mantenimiento de los
sistemas de prevención como ascensores, alarmas, equipos extintores e hidrantes
en las proximidades, lo cual obviamente complica la obra de los bomberos en
caso de emergencia.
Por
otro lado, la ciudad tiene vías por donde suelen desplazarse vehículos
transportando sustancias químicas peligrosas en dirección a Ciudad Guayana. Asimismo tiene a corta distancia la
Planta de Sisor que es un sistema que conduce combustible a través de
estaciones. Ante estos riesgos, el
Cuerpo de Bomberos tiene que estar bien dotado y su Departamento de
educación y prevención en condiciones óptimas de funcionamiento. No obstante su
exiguo presupuesto, el Cuerpo de Bomberos se extiende con una estación de
relevo en el populoso sector de La Sabanita y otra en la Urbanización Los
Próceres.
La
actividad del Cuerpo de Bomberos sólo trasciende cuando ocurre un siniestro de
cierta magnitud, pero, en realidad, su labor es múltiple, diaria y constante en
muchas facetas riesgosas de la vida cotidiana.
Tan
pronto se requiere su presencia en incendios de edificios, de automotores o
sabanas como en accidentes de ahogados, inundaciones, problemas ambientales,
traslado de enfermos y lesionados, incluso hasta atacar y prevenir los males de
abeja alborotadas como la consabida africanizada. Él promedio de operaciones es
de un poco más de 30 por día equivale a 12 mil servicios durante el año.
No
obstante sus dificultades que siempre las ha tenido, indiscutiblemente, el
Cuerpo de Bomberos Municipal de Ciudad Bolívar desde la llegada a la ciudad en
1946 del primer carro bomba que le dio origen, ha venido progresivamente
cambiando su imagen y elevando el nivel de eficiencia, liderizado a través de
quienes durante medio siglo han sido sus comandantes: Domingo García, Rafael
Mujica, Héctor Guillén, Blanco Vera, Neptalí Castillejos, Ismael Villasana y el
Teniente coronel Miguel Moreira, entre otros más recientes.
La Ley Orgánica del Poder
Público Municipal del 8 de junio de 2005 amplía el Artículo 187, puesto que
crea una Sección en la Ley con dos Artículos, el 125 que establece que “El
Municipio podrá crear, mediante ordenanza, la figura del Cronista, quien tendrá
como misión recopilar, documentar, conservar y defender las tradiciones, costumbres
y hábitos sociales de su comunidad.
Deberá ser venezolano o venezolana, mayor de edad, gozar de sus derechos
civiles y políticos, ser profundamente conocedor o conocedora y estudioso o
estudiosa del patrimonio histórico y cultural del Municipio. Artículo 126.
En aquellos municipios donde no exista la figura del Cronista, será
designado o designada de acuerdo con los requisitos establecidos en la
ordenanza respectiva. En aquellos
municipios donde ya exista será designado o designada al producirse su ausencia
absoluta. Las competencias,
funcionamiento, derechos y personal a su cargo quedará establecidos en la
ordenanza respectiva”.
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