Así comenzó llamándose en 1891
cuando fue creada. En 1916, el
Presidente Marcelino Torres García la distinguió con el nombre de Juan Vicente
Gómez y al morir el dictador la dignificaron con el del prócer Juan Bautista
Dalla Costa que ostenta en la actualidad.
La
actividad musical académica de Venezuela tiene su origen a finales del siglo
diecinueve en la Escuela de Chacao fundada por Juan Manuel Olivares y el padre
Pedro Ramón Palacios y Sojo, la cual dio como resultado unos 50 compositores y
más de 150 instrumentistas.
En 1800, este movimiento musical
comenzó a perfilarse en Occidente con
José María Osorio, en Mérida; en
el Oriente con Bartolomé Bello y José
María Gómez Cardier, en Cumaná y en la propia Caracas, con Cayetano Carreño y
José María Montero, perteneciente a una familia dedicada tradicionalmente a la
música.
Egresados de la Escuela
de Chacao fueron maestros de Leopoldo Sucre Moor y de José (Pepe)
Mármol, iniciadores en Ciudad Bolívar de la música académica orquestal.
Leopoldo Sucre Moor, excelente
pianista, era hijo de Juan Manuel Sucre (medio hermano del Gran Mariscal de
Ayacucho) y doña Agueda Moor, quienes
fijaron residencia en Ciudad
Bolívar en 1840 procedentes de la provincia de Cumaná.
Leopoldo,
nacido en Cumaná, vino con sus padres a Ciudad Bolívar, a la edad de dos
años. Aquí estudió las primeras letras,
pero su formación en el arte musical la adquirió en Caracas a través de
maestros egresados de la Escuela de Chacao.
Asimismo su amigo y vecino José Mármol, hijo de Francisco Javier Mármol,
maestro de primeras letras en la escuela municipal de Ciudad Bolívar. Cuando se hallaban en Caracas, ambos fueron
llamados por sus padres para atender un proyecto del gobierno local de crear
dos bandas: una de carácter civil, costeado por el Municipio; y otro, para el
cuerpo de artillería, costeada por el
gobierno del Estado.
A
la Banda Municipal creada en 1860 bajo la dirección de Pepe Mármol, el Concejo
la bautizó con el nombre de Juan Bautista Dalla Costa en
homenaje a quien fuera tertuliano del Libertador, regidor municipal y valioso colaborador de la causa
republicana. Paralelamente, a la Banda del Cuerpo de Artillería, dirigida
por Leopoldo Sucre Moor, el entonces Presidente del Estado, Bibiano Vidal, le
asignó el nombre de Manuel Piar, héroe de la Independencia, al lado del cual él
había peleado en la Batalla de San Félix.
Concluida
su labor y dejando las bandas en manos de los músicos más aprovechados, tanto
Mármol como Sucre regresaron a Caracas, pero debido a la falta de recursos no
satisfechos a tiempo, ambas bandas decayeron en forma tal que el 2 de
septiembre de 1863, el Presidente provisional del Estado, Miguel Aristeguieta,
decidió su reorganización.
Entonces, la Dalla Costa la puso
en manos del Teniente Juan Oleaga y la
Piar, a cargo del subteniente Félix Bello, las dos bandas bajo la
dirección general del capitán Jaime Farmiere, las cuales debían alternarse cuatro
veces por semana en la retreta.
Pero
a juicio del nuevo presidente del Estado Soberano de Guayana, general José Loreto
Arismendi, la Banda Dalla Costa estaba muy mal, no progresaba y lo atribuye a
la “incuria
y desaplicación de los alumnos, condescendencia injustificable que sus
atribuciones no le permiten ni tampoco
el celo de su reputación”. En
virtud de ello, Federico Villena, es designado director, pero tampoco acierta y
el magistrado don Pedro Cova, primer designado, encargado de la Presidencia del
Estado, dicta una resolución el 15 de
febrero de 1876 por medio de la cual y
tomando en cuenta “la notable decadencia de la Banda Piar y próxima a disolverse esta
institución tan útil como necesaria que ha costado no pocos esfuerzos y gastos
al Estado” nombra director al general José Mármol y Muñoz¨, quien ya
había retornado de Caracas. No así su compañero y amigo Leopoldo Sucre Moor,
quien hace carrera en la capital y actúa en 1880 en la inauguración del Teatro
Municipal alternándose con el
italiano Fernando Rochele, en la dirección de la orquesta de la compañía de
ópera de María Luchessi.
Mármol también queda autorizado para elaborar el reglamento de la Banda
Piar y logra para mayor eficiencia de la misma que el Gobierno exceptúe
del servicio activo de las armas a los ciudadanos que la integran.
En
cuanto a la Banda Dalla Costa,
termina disolviéndose porque la Municipalidad no cuenta con recursos
para pagar los sueldos y continuar sosteniéndola. Dada esta penosa situación
los músicos acuden a Juan Bautista Dalla Costa Soublette,
tomando en cuenta que la banda lleva el nombre de su padre. Este, de su propio peculio, solventa la
deuda y escribe a la Municipalidad
exigiéndole que “hechos bochornosos como ese no se repitan ya que la Banda Municipal
semanalmente levaba música culta al pueblo”.
Desaparecidas la Banda Municipal Dalla
Costa,
el Presidente doctor José Angel Ruiz crea la Banda del Estado bajo la dirección del
maestro italiano Miguel Denti, la cual debuta el 12 de febrero
de 1891. A pesar de la revolución legalista y la sangrienta batalla de
Orocopiche que lleva al general José María (Mocho) Hernández a convertirse en jefe político y
militar de la Provincia de Guayana, la Banda se mantiene y el 12 de octubre de
1892, es el centro de un programa para celebrar el triunfo de la Causa
Legalista que comprende retretas públicas e iluminación con antorchas de la
Plaza Bolívar y la Piedra del Medio.
A
Miguel
Denti (padre del desaparecido cuatrista bolivarense Nicanor Santamaría) lo sustituye Manuel
Jara Colmenares, un tachirense
nacido en Táriba (1862) que había llegado a Ciudad Bolívar en 1883 como corneta
del Batallón 21 de diciembre.
Con motivo de la visita del
Presidente de la República, Cipriano Castro
a fines de abril de 1905, Manuel Jara Colmenares es sacado del
Batallón para ponerlo al frente de la Banda del Estado y así tiene la
oportunidad de alternarse con la Banda Presidencial dirigida por Ramón
Maldonado, en el baile de gala ofrecido
en la Casa de Gobierno por el presidente del Estado Luis Valera.
Siendo director de la Banda del
Estado, Manuel Jara Colmenares participa en el concurso abierto por el
Presidente Arístides Tellerías para ponerle música a la letra del Himno del
Estado y es favorecido por el Jurado formado por el doctor Luis Alcalá Sucre,
doctor José Félix Armas e Hilario Machado.
La música del Himno del Estado se ejecuta por primera vez en la finca El
Morichal de don Pedro Liccioni el 28 de enero de 1911 y desde entones el nombre
del tachirense como el del poeta J. M. Agosto Méndez, autor de la
letra, comienzan a ser emblemáticos para los guayaneses.
José Francisco Calloca, quien al lado de su paisano Miguel
Denti ejercía la subdirección de la Banda del Estado y participaba
además ejecutando el clarinete, es comisionado por el Gobierno para organizar
la Banda Marcial del Batallón “21 de Diciembre” acantonado en la ciudad. El 10 de septiembre de 1908 debuta dicha Banda Marcial y desde entonces se alterna por
las tardes en las retretas de la Alameda, Plaza Miranda y Plaza Arismendi.
Dado el éxito
de Calloca en la fundación de la Banda, es requerido desde Caracas como maestro
instructor de un regimiento y el Viernes Santo de 1914 estrena en el Templo Altagracia su
composición “La Paráfrasis de Job”.
Al año siguiente vuelve a Ciudad Bolívar contratado por el Gobierno de
Marcelino Torres García para ponerse al frente de una Academia de Música creada
por el Ejecutivo con vista a la reestructuración de la Banda del Estado,
debilitada por carencia de instrumentistas.
Manuel Jara Colmenares pasa entonces a dirigir la Banda
Marcial del Batallón Rivas que ha venido a acantonarse en la ciudad.
El 19 de diciembre de 1916, el
Presidente del Estado, general Marcelino Torres García, decreta la creación de
la Banda
Gómez del Estado y designa a José Francisco Calloca como
director. Este forma la Banda con los
egresados de la Academia de Música y los equipa con uniformes e instrumentos
importados de Italia. De la casa
italiana Adolfo Lapiani llegan dos juegos de 44 uniformes de gala y de media
gala. Los primeros de excelente paño
negro, tipo dolmen, de dos hileras de botones plateados y brandeburgos blancos
y azules, más su correspondiente kepis de forma alta, semejantes al usado por
ciertos cuerpos de la infantería
italiana, con plumero blanco y azul, cucarda en los colores venezolanos y una
lira plateada, y los segundos de dril y kaki
con sus distintivos e insignias.
Los directores de la Banda del
Estado han estado, por lo general, sujetos a los cambios de Gobernadores. Así, cuando el general Silverio González, fue
designado Presidente del Estado en marzo de 1924, hizo que Calloca se dedicara
a tiempo completo a su mejor lucrativo oficio de agente de comercio –importador
y mayorista- (importaba materiales artísticos, perfumes, pajillas, automóviles)
y dejara la dirección de la banda en manos de su alumno más destacado, José Francisco Miranda (Fitzi), quien fungía
de subdirector.
Telmo Almada, recién llegado de
Zaraza en 1921, ejecutaba el trombón y el cornetín en la Banda y era al mismo
tiempo director de la Orquesta Venezuela con la cual
estreno su famosa pieza “Canciones de Himeneo” en el Paseo
Falcón el 21 de octubre de 1930. Fitzí
Miranda, para no quedarse atrás, estrenó al año siguiente el pasodoble ¨Late
28¨ dedicado al primer avión comercial llegado a Ciudad Bolívar. Ese mismo año firma contrato con la Southen Music Publisching Co. de Nueva
York para grabar su joropo ¨La Sapoara¨.
En octubre de 1930, el
Presidente Silverio González es transferido al Estado Anzoátegui e invita al
profesor José Francisco Miranda para que dirija la Banda de aquel la
entidad. Fitzi acepta, especialmente porque
el nuevo gobernante, José J. Gabaldón ha
traído consigo a su paisano Laudelino Mejías (el famoso autor de
Conticinio) para que lo sustituya. Eleva
de 9 a 40 los ejecutantes T elmo Almada es nombrado
subdirector.
El 8 de junio de 1932 fallece Manuel
Jara Colmenares a consecuencia de una fractura del cuello del fémur que
le complica la salud y toca a su paisano
Laudelino
Mejías acompañar con la Banda su entierro. Entonces interpreta sus
valses El Guayanés y el Primer Ramo. Así quedan las cosas hasta 1933
que asume la presidencia del Estado el doctor Antonio Alamo y sustituye a
Laudelino Mejías por G.
Franco. Como Silverio González
también ha sido sustituido en Anzoátegui, Fitzí Miranda vuelve a Ciudad Bolívar
y funda una orquesta particular con el nombre de Dalla Costa, pero en diciembre de
1935 muere el Presidente de Venezuela Juan Vicente Gómez y comienzan nuevos
tiempos para el Estado Bolívar.
Tras la muerte del dictador Juan
Vicente Gómez, los bolivarenses disfrutaron el deseo de ver un nativo como
Presidente del Estado, tal el doctor José Benigno Rendón, profesional de la
judicatura. Fue él quien dispuso el
nombre de Juan Bautista Dalla Costa Soublette para la Banda del Estado y
deshacerse del que ostentaba desde 1916.
Telmo Almada reasumió la dirección
y Fitzí Miranda disolvió la orquesta privada que llevaba ese nombre dado
que acariciaba en sus manos un nuevo proyecto: fundar una emisora. Primero lo hace Enrique Torres Valencia, quien saca al aire
la Ecos del Orinoco (primero de abril de 1936). La Radio Bolívar sale el 8 de mayo
del año siguiente.
Telmo Almada ejerce la dirección
de la Banda Dalla Costa hasta 1938 que asume la Presidencia del
Estado Ovidio Pérez Agreda y llama a
Fitzí Miranda para que nuevamente asuma la dirección de la Banda Dalla
Costa. Fitzí extiende su período hasta
1949 cuando el gobernador José Gervasio Barceló Vidal designa director de la
Banda al tachirense Luis Pacheco, proveniente de la Escuela Militar de Música y
quien se mantuvo hasta 1959, cuando lo
sustituye Telmo Almada, conforme a decreto del gobernador Diego Heredia
Hernández.
En 1968, el Gobernador Rafael
Sanoja Valladares llama a su paisano Agustin Acosta Molero para que se
encargue de la dirección de la Banda, pero al año siguiente debido a una pugna
interna, el Gobernador Oxford Arias pide la renuncia a Acosta Molero y 29
músicos de la Banda. Entoces ordena su
reestructuración bajo la dirección nuevamente de Luis Pacheco, quien logra
el propósito, pero con tan mala fortuna que el 28 de septiembre muere repentinamente, justo cuando
dirigía el vals Los Patinadores en el
Paseo Orinoco.
A raíz de la muerte de Pacheco,
el profesor Fortunato de Pascuale que venía de dirigir la Escuela
de Música Carlos Afanador Real es designado director de la Banda. Allí permanece hasta diciembre de 1975 que cede su lugar al famoso
trompetista Juanito Arteta. Siendo director de la Banda entusiasma a José
Rosalino Flores, director de los
llamados ¨Chicos de Santa Cecilia¨ para transformar este conjunto
musical serenatero en la Orquesta Típica Angostura, de la
cual fue director fundador, arreglista y trompetista.
Arteta, al cabo de siete años,
pide su jubilación y entra a ocupar su lugar José Nehemías Bejas,
seguido de Angel Chirinos, sustituido en 1994 por Juan Sarmiento, actual
director por consenso de los treinta componentes de esta Banda del Estado que
ostenta el nombre de uno de los gobernadores más progresistas, Juan Bautista
Dalla Costa Soublette. Los bolivarenses
la consideran un patrimonio cultural muy propio, muy legítimo.
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