Un
Capitán de nombre John Ambrose, llegado Angostura comandando “El Hunter” uno de
los barcos fletados en Londres por Luis López Méndez para transportar armas y
pertrechos fue el iniciador de la primera Logia que tuvoCiudad Bolívar.
En esa Logia
llamada “La Concordia ”
se iniciaron el general Tomás Montilla, quien recién había dejado la Gobernación de la
provincia de Guayana en manos de Juan Valdez; el capitán José Padilla, oficial
de la Escuadra Republicana
y un grupo de comerciantes de la plaza, entre ellos, James Hamilton, traductor
del Mensaje del Libertador en la instalación del Congreso de Angostura e
introductor de la navegación de vapor por el Orinoco.
En
1818 la Logia “La Concordia ” funcionaba en
los bajos de la Casa
del Congreso de Angostura y a la misma se supone que asistía el Libertador,
pues éste era masón desde agosto de 1810 iniciado en la Logia “La Gran Reunión Americana”
fundada en Londres por el Generalísimo Francisco de Miranda.
El
Libertador recibió el grado de “compañero” en Francia y ascendió hasta 1823 al
grado 33 que es la máxima jerarquía de la masonería, según documentación que se
conserva en el Museo de la
Masonería de la Gran Logia
de Nueva York.
Existe
en Argentina una antigua pintura de la Logia
Lautaro de Londres donde aparecen Miranda, Bolívar y
San Marín, como Venerable, Orador Fiscal y Secretario, respectivamente.
Esta
de “La Concordia ” de
Angostura estaba entre las primeras logias constituidas en Venezuela. La
primera fue en Margarita seguida de La Guaira y Carúpano.
La Logia Asilo de la Paz N º 13,
la actual, perdura desde octubre de 1854 por iniciativa de José Gabriel Ochoa
quien fue su primer Venerable Maestro y luego que “La Concordia ” por los
avatares de la guerra prácticamente se había extinguido. De ella sólo quedó el
homenaje a su memoria una calle larga que cruza todo el Casco Histórico de
Ciudad Bolívar.
José
Gabriel Ochoa, su primer Venerable, hijo de Antonio José Ochoa y María Manuela
Urbina, había nacido precisamente en 1818 cuando fue fundada en Angostura, su
ciudad natal, la Logia La
Concordia.
Durante
su juventud estuvo al lado del Gral. Tomás de Heres, pero se destacó como un
gran liberal bajo las bandaras amarillas de Ezequiel Zamora con quien
desembarcó en las costas de Coro el 20 de febrero de 1859 llegando a ser
Secretario del General Juan Crisóstomo Falcón durante la Guerra Federal.
Fue
diputado provincial, congresante, Gobernador de Guayana en 1872, Ministro de
Interior y Justicia, de Relaciones Exteriores y de Crédito Público. Falleció el
17 de febrero de 1876.
Acompañaron
a José Gabriel Ochoa en la fundación da la Logia Asilo de la
Paz N º 13, Simón Melza y Fermín Carreño
como Primer y segundo vigilantes, respectivamente; Ramón Serrano en calidad de
Orador Fiscal y Francisco Serrano, como Secretario.
Además
de la Asilo de la Paz existen en Guayana la Logia “Pedro Cova”, de
Upata; “Dios y Patria”, de Tumeremo; “Dalla Costa”, de El Callao; “Sol de
Imataca”, de el Palmar; “Estrella Guzmán
Blanco”, de Ciudad Piar; “Domingo Faustino Sarmiento”, de San Félix; “Diego de
Ordaz”, de Puerto Ordaz; “César Obdulio Iriarte”, de Puerto Ordaz; “Estrella
del Roraima” de Santa Elena de Uairén y Logia Presidente Raúl Leoni, en
instancia, de Guri. Existen además en el Estado tres Logias en situación de
irregularidad, vale decir, sin reconocimiento de las potencias Mundiales
Regulares.
Cómo
máximos jerarcas de la masonería en el Estado Bolívar, es decir, Grado 33, se
hallan activos, José del Valle Silva, Noel Valery, José Yánez Caicedo, en
Ciudad Bolívar; Hanz Hauchild, en Puerto Ordaz y Carlos Rodríguez Jiménez, Juan
Francisco Girón, Marín Goudet Torres y José Augusto Grillet, en Upata.
A
nivel nacional el doctor Enrique Rosas Nass es el Gran Maestro de Venezuela y
el doctor Edito Acevedo, Gran Comendador Grado 33.
El
templo de la Logia Asilo
de la Paz siempre
ha sido esa vetusta casa de la calle Santa Ana separada del Río por la Placita de la Libertad. En
ese templo en cuyo jardín hay una estatua pedestre del Libertador, se observan
signos de la vieja tradición que parecen inmortales y que se confunden con
todos los orígenes atribuidos a la masonería: las columnas del templo de
Salomón, las espadas de Las Cruzadas, los signos del paganismo, el compás, la
escuadra y el mandil del albañil. Por allí han pasado militares, guerreros,
acaudalados hombre de negocios, benefactores, filántropos, líderes de la
libertad y fraternidad.
Hay
allí en la vieja casona de Santa Ana cuya fachada se ve intervenida, alterada
por el adefesio de una escalera metálica, que nadie se atreve a eliminar. Hay
allí un enorme libro de 25
kilogramos , donde una caligrafía fluida y esmerada habla
de la vida de la Logia
durante 137 años de existencia que cumple el 24 de octubre, día de Gaceta de
Caracas y de las Naciones Unidas. Allí están los padres y abuelos de la
masonería guayanesa que sería interminable decir en este reportaje.
De
uno de los muros cuelga un cuadro descomunal ictericiano por el tiempo donde
apenas se lee la lista de los fundadores y primeros iniciados. Al final y en lo
alto, un largo salón donde predomina el color escarlata, de techo azul,
estrellado como un cielo, un estrado al cual se sube por escalones y en el
centro un mueblo de madera en forma de Palio o dosel debajo del cual se sienta
el Venerable Maestro provisto de collar, sombrero y mazo. A ambos lados las
figuras del Sol y de la Luna ;
hileras de sillas, espadas y otros símbolos de la liturgia masónica.
Al
salón de liturgia se llega internamente por una angosta, zigzaguante, crujiente
y empinada escalera de madera que asociamos, en la ocasión de subirla, con la
leyenda del “A-Bao-A-Qu” que Jorge Luis Borges relata en el “Libro de los Seres
Imaginarios”
Pensaba
al encenderla si a mis talones se habría colocado el A Bao A Qu como suele
ocurrir según la creencia desde el primer peldaño de la escalera de caracol de la Torre de Victoria, en
Chitor, a los peregrinos que van a probar hasta que punto son seres
espiritualmente evolucionados. Sobremanera, la asociación vino porque por ella
suben los hombres de la masonería a perfeccionarse moral y espiritualmente para
la vida y luego de la muerte lograr un plano superior.
Viejos tratados
sobre la materia revelan que la francmasonería existió desde mucho antes de la
era cristiana. Viene posiblemente desde la misma época de los Faraones, por lo
que sus raíces estarían en el antiguo Egipto, unos tres mil o cinco mil años
atrás.
En
la leyenda del Hiram, el arquitecto fenicio que dirigió los trabajos de
construcción del Templo de Salomón, siglo X antes de Cristo, se habla de la
división de los obreros en aprendices, compañeros y maestros así como de
palabras y signos secretos. Otros buscan el origen de la masonería en los
misterios iniciáticos del paganismo, en las corporaciones obreras creadas por
legendario rey romano Pompilio Numa, en las sociedades freemasons que
prevalecieron en las islas británicas después de la retirada de los romanos, en
Las Cruzadas militarmente organizadas para la reconquista de los santos lugares
caídos en poder de los musulmanes o en la Orden de los Templarios cuyos acaudalados
miembros fueron llevados a la hoguera por Felipe El Hermoso deseoso de
aprovecharse de sus riquezas. En fin, el origen de los masones continúa siendo
un arcano y de allí que todo dentro del templo se vea desde fuera como envuelto
en una atmósfera de misterio.
Aunque
tiene templo y dios, un dios al que ellos llaman Gran Arquitecto, liturgia y un
secreto único para reconocerse entre sus grupos de grados, nada tiene de secta
o religión. Es en todo caso, una fraternidad filosófica con método para obrar y
hacer, nos dijo en cierta oportunidad, el desaparecido abogado y tantas veces
Venerable Maestro, César Obdulio Iriarte.
Por
eso se dice que la masonería es el arte de hacer hombres sabios y útiles y para
disipar cualquier duda sacan a relucir auténticos ejemplos como el florentino
Dante Alighiere, autor de la Divisa Comedia :
Montesquieu, autor del Espíritu de las Leyes que echó las bases del moderno
parlamento; Francisco de Miranda, precursor de la Independencia
americana; Simón Bolívar, Libertador de medio continente; José Garibaldi,
unificador de Italia; Jorge Washington, libertador de Norteamérica; los
estadista norteamericanos Thomas Wilson y Teodoro Roosvelt; Winston Churchil
artífice de la victoria aliada; el mariscal francés Jean Bernadotte, convertido
en Rey de Suecia; el héroe argentino José de San Mártin; Domingo Faustino
Sarmiento, escritor, pedagogo y estadista argentino y Andrés Bello, paladín de
las letras americanas.
Como
en alguna ocasión nos lo dijera el ex – Venerable Maestro José del Valle Silva,
maleando el hierro en su tradicional Hereria Alemana de la calle Venezuela, la
masonería es y ha sido siempre un instrumento de liberación. Siglo atrás cuando
el hombre era tiranizado, hostigado y perseguido, cuando los dictadores
promulgaban el concepto errado de que el hombre no podía pensar por sí mismo,
vino la hermandad masónica y levantó las banderas de la liberación.
Excelente texto sobre una pequeña parte de la historia de nuestra amada Ciudad Bolívar, felicidades y bendiciones apreciado Américo.
ResponderEliminarExcelente comentario respecto a la Masonería amigo Américo muy agradecido,abre un poco de luces respecto al misterio de la Masonería,saludos 🤗👍
ResponderEliminarExcelente como siempre Américo. Un abrazo
ResponderEliminarMe gusta la masonería como puedo ingresar me ayudan
ResponderEliminarDefinitivamente, hermoso escrito que bien describe la masonería, y mejor aun enaltece un templo masónico, que debe ser rescatado y cuidado por todos los que habitan Ciudad Bolívar, aun entre sus paredes rojizas internas se siente la presencia de nuestros libertadores de la ignorancia y de nuestro hermoso pais.
ResponderEliminarArnoldo José Ortiz Silva.
Respetable Logia Dr. Carlos Rodrigues Jiménez # 221