Junto
con El Temblador y El Zanjon es el barrio más antiguo de Ciudad Bolívar. Al borde del Orinoco, data desde los tiempos
de la colonia y en él estuvo ubicado el primer Matadero de la capital
angostureña.
Los moradores de Perro Seco no saben a ciencia cierta el
porqué de ese nombre del que nunca han podido desprenderse. Pero sabemos de una versión según la cual a
finales del siglo dieciocho, 200 años
atrás, existía en este lugar una sola vivienda de un señor, moro o judío, flaco
y desgarbado, así apodado, en la que también residía un artesano que prestaba
servicio a domicilio y, por supuesto, útil a las familias de la ciudad en casos
eventuales, por lo que era habitual requerirlo diciéndole al mandadero: ¨busca
a fulano en la casa de Perro Seco¨
y Perro Seco se fue quedando tanto la casa como el lugar.
¨Perro¨
porque los españoles llamaban de este modo a quien fuese moro o judío, y ¨Seco¨ porque era flaco y descarnado
este señor que habitaba una vivienda distante donde seguramente había siembra,
animales y una curiara para ir al otro lado del río.
De suerte que si nos apegamos a esta versión de la
tradición oral, concluiríamos en que al comienzo Perro Seco fue una mínima
vivienda, tal vez dos o más diseminadas, porque, al fin y al cabo así, muy
diferente a como ocurre con las invasiones de hoy, se gestaban los barrios
cuando el crecimiento demográfico era lento y espaciado. La propia ciudad de Angostura fue de esta
manera en un principio: ocho casas pequeñas y
algunos ranchos pajizos, los
cuales, según el historiador Bartolomé Tavera Acosta, constituyeron
inicialmente “el aduar de lo que más tarde vino a ser la
ciudad principal de nuestro gran río”
De manera que Perro Seco, junto con El Zanjón y El
Temblador, es el barrio más tradicional y antiguo de Ciudad Bolívar. Nació con esa connotación que el crecimiento
urbano sustituyó en la nomenclatura, primero con el nombre de barrio El Poder,
por haber servido de bastión a los seguidores de José Tadeo Monagas en la Revolución
de los Azules y, más tarde,
barrio Guzmán Blanco, para honrar al caudillo de la Revolución de abril de 1870 que sepultó a los
Azules y vindicó a Juan Bautista Dalla Costa Soublette, gobernante agraviado de
la revolución monaguista.
Perro Seco antaño comprendía una angosta franja, paralela al
Paseo Orinoco, desde el Matadero, primer Matadero que tuvo
la ciudad, frente la Planta del Acueducto actual, hasta la calle El Pilar, y a
él estuvieron vinculados El Polanco, Las Palmitas y el Pueblito,
arrasados por las aguas de la gran crecida de agosto de 1976.
En 1817, cuando los patriotas tomaron Angostura después
de un prolongado sitio militar, la ciudad contaba con los siguientes barrios, o
arrabales, como le decían entonces: El Retumbo, en las inmediaciones de
lo que es hoy la calle Dalla Costa, El Temblador, donde echó raíces esa
gran familia de músicos y versadores que han sido los Tomedes; El
Zanjón, lugar de la famosa Casa de Tejas levantada por el general
Pancho Contasti Gerardino; la Zapoara, aldea de pescadores
sepultada bajo el concreto del Paseo, y Perro Seco que se extendía desde las
inmediaciones del Cementerio hasta calle La Tumbazón, nombre este último
sustituido en 1856 por el de calle Santa Ana en memoria de la matrona Ana María
Méndez de Pulido, quien donó en trance de muerte su casa para el templo de su
santa onomástica.
Los curas párrocos de Santa Ana acabaron con la calle La
Tumbazón porque era recaladero de marinos sedientos de amor, pero
inmediatamente después comenzó a tomar cuerpo la Ciudad Perdida que
también corrió con la misma suerte al quedar sepultada por la gran crecida de
agosto de 1943, justo en el sitio donde el Presidente de la República Isaías
Medina Angarita hizo levantar el Grupo Escolar Estado Mérida.
Pero si bien las crecidas periódicas del Orinoco
terminaron con numerosos sectores ribereños, jamás pudo con Perro
Seco que para una vida mejor aguardó hasta los años sesenta cuando fue
alzada la cota protectora del Paseo Orinoco.
Perro Seco desde entonces deja de ser barrio o arrabal. Ahora es extensión urbana del Casco Histórico
de la ciudad capital, por lo menos hasta la calle El Pilar.
El nombre de Perro Seco lo registra el general
Manuel Piar en su Diario de Campaña cuando el 18 de enero de 1817 trató de
tomar Angostura defendida por las fuerzas de Nicolás Ceruti. La zona de Perro Seco fue encomendada al oficial Bartolomé Salom, quien no
pudo vencer el fuego bien servido de los
realistas, pero después se desquitaría en la Batalla de Chirica, donde fue
reconocido como coronel efectivo y
designado comandante del batallón Barlovento de la guardia de honor del general
en jefe Manuel Piar. También Perro Seco
resultó militarmente un punto estratégico importante cuando los comprometidos con la Revolución de los
Azules, desembarcaron por esta costa en el vapor Héroe, desde Soledad, para
derrocar al gobierno de Juan Bautista Dalla Costa Soublette, en septiembre de
1869.
El 17 de junio de
1864, la Asamblea Constituyente del Estado Soberano de Guayana dictó un
Decreto dividiendo la región, en función de su administración, en cuatro
Departamentos: Heres, Upata, Alto Orinoco y
Bajo Orinoco. Ciudad Bolívar,
capital del Departamento Heres, era uno de sus distritos y estaba
subdividida en tres parroquias: la de
Oriente que terminaba en la calle Miscelánea, hoy Dalla Costa, con asiento en
Santa Justa; la Central que iba desde La Miscelánea hasta la calle Babilonia
con asiento en Catedral, y la Occidental que iba desde la calle Babilonia hasta
La Matanza, con asiento en Santa Ana.
Perro Seco pertenecía a la parroquia Santa Ana y en sus inmediaciones
estaba La Matanza o sitio donde se sacrificaba el ganado que llegaba en
barcazas por los atracaderos del Orinoco
o por la que hoy es calle La Manga, proveniente de los corrales que
entonces estaban ubicados en la zona que ocupa hoy el Centro Médico del Seguro
Social.
En julio de 1903, cuando Ciudad Bolívar fue tomada por
las fuerzas del gobierno castrista comandadas por el general Juan Vicente
Gómez, contra la Revolución Libertadora,
Santa Ana, incluido Perro Seco,
estuvo defendida por el General Pedro
Ducharne, quien no pudo resistir la artillería de la cañonera Miranda, desde la
Piedra del Medio, y del vapor de guerra Restaurador, remontando el
Orinoco. Lo mismo le ocurrió a Francisco
(Pancho) Contasti Gerardino, defensor de las calles Orinoco y la Alameda y a
quien el Concejo Municipal de Heres, en 1964,
levantó una plaza en el propio Perro Seco.
En julio del año anterior los vapores de guerra
Restaurador y Bolívar, comandados por el general Delgado Chalbaud, habían
prevenido este suceso al amedrentar a los revolucionarios de la Libertadora
disparando 1.300 proyectiles explosivos contra la ciudad, de ellos buena parte
impactó contra Perro Seco y el Cementerio.
Perro Seco entonces parecía destinado a vivir en constante zozobra, no
sólo por las guerras intestinas en pos
del Poder sino por las periódicas grandes crecidas del Orinoco con su secuela
de damnificados y daños materiales. Las
crecidas de 1927, 1943, 1946, 1961,
1954, 1962, 1967, 1976 y 1981, causaron estragos en Perro Seco.
Pero numerosos habitantes del lugar, particularmente quienes tenían su morada muy
cerca de las riberas, por estar vinculados a la vida del río, a través de la
navegación, la pesca y la caleta, tenían
vivienda de invierno en la parte alta de Soledad. Existe una anécdota del ex ministro de
fronteras Pompeyo Márquez, ilustrativa de la situación: El no sabía a ciencia cierta de dónde era
nativo, si de Perro Seco o de
Soledad. ¨ Lo que pasa –me contó en
cierta ocasión- es que antes el Orinoco no separaba sino que unía y había quien
tenía casa a ambos lados por cuestiones de seguridad y comodidad, especialmente
cuando el río crecía o se tenía que viajar al centro o pasar ganado. Es posible que yo haya nacido en Ciudad
Bolívar como lo expresó mi mamá cuando fui a sacar la Libreta Militar y que mi
papá me haya presentado en Soledad, lo que yo vine a saber circunstancialmente
en 1958 cuando al visitar la capital del distrito anzoatiguense, el Prefecto me
dijo que había encontrado accidentalmente mi partida de nacimiento ¨
Perro Seco tenía prácticamente cuatro puertos: Las
Palmitas al poniente, seguido hacia el oriente de El Pueblito, Los Palos de Agua y El Polanco
frente a la calle El Pilar. En el Pueblito, un pescador de apellido
Carvajal tenía una curiara a quien Alejandro Vargas dedicó su popular aguinaldo
la
Barca de Oro
La vecindad entre Perro Seco y Santa Ana ha sido siempre
muy estrecha y en ello ha contribuido la Parroquia Eclesiástica que abarca ambos sectores y la cual fue
creada en agosto de 1922 por el Presidente del Estado, Vicencio Pérez Soto, a solicitud
del Obispo Sixto Sosa. Desde entonces
puede decirse que se hizo tradición - tradición ya perdida en estos tiempos - hacer un gran sancocho
colectivo con las primeras sapoaras capturadas precisamente el 26 de julio, día
de Santa Ana. Sancocho muy digno de Heliogábalo en el que no podía faltar la
mazorca de maíz tierno que entonces se vendía a locha. La procesión de la patrona cubría toda la
calle Guzmán Blanco desde la plaza Arismendí o de la Libertad, entre la Logia y
calle Amazonas, hasta el propio corazón de Perro Seco.
La otra devoción religiosa de los habitantes de Perro
Seco está centrada en la Cruz del Perdón.
Construyó su capilla el maestro de obra José (Soldado) Fernández en la
década del 30 por iniciativa de Julia González, lavandera del río y devota de
la Cruz. Todos los años recogía de
puerta en puerta para la fiesta y un día
en que el desbordamiento del río
amenazaba con llevarle su casa, formuló la promesa de la Capilla a cambio de
librarse de la damnificación como en efecto quedó librada y ¨ un 3 de mayo,
entre orquídeas, trinitarias, lirios, ramos de penacho de guzmán, coronillas,
resedá, amapolas y berberías fue levantado el altar oloroso e iluminado ¨
escribió la poeta Luz Machado en sus crónicas publicadas en El Nacional en
diciembre de 1957.
Al comienzo la cruz era de fleje y posteriormente fue
sustituida por una de madera que halló José Vicente Iriarte (Tamarindo) a su
regreso de una de las campañas del batallón Flor del Orinoco, al cual pertenecía y que periódicamente salía a
combatir las guerrillas antigomecista como la de Angelito Lanza en Las
Chicharras y el Paso del León.
Tamarindo, después se hizo popular, en el propio barrio
de Perro Seco donde tenía su morada, por que había aprendido el arte de
componer huesos dislocados, corregía
luxaciones, aliviar escoriaciones con cebo de culebra y rezar a los
efectos una que otra oración que él solo sabía. Venía gente de todas partes y
de toda clase social a tratarse con Tamarindo.
Otra tradición que se ha perdido en el barrio es el cruce del Orinoco los días Sábado de
Gloria y Domingo de Resurrección. Los muchachos, sin ninguna custodia ni
protección, se lanzaban en Los Palos de Agua,
Polanco y el Pueblito, a la señal de un juez, y
atravesaban el ancho del canal
hasta alcanzar la Playa del Degredo para luego regresar a la conquista
de los primeros lugares, generalmente recompensados con premios otorgados
algunas veces por la Casa de Jorge
Inatty y otras por el Tesoro Escondido, o los negocios de Valladares, Sambrano o de José Ramón Martínez, este
ultimo concejal del Municipio Heres al igual que Alfredo Inaty y José Soto,
nacidos el uno en Santa Ana y el otro en Perro Seco.
En algunas
de esas competencias llegaron a participar Constantino Maradei Donato, quien
llegó a ser Vicario de la Diócesis y Obispo de Lagunillas y Barcelona. Asimismo
entre otros ilustres, Jesús Soto,
patrimonio cultural de Francia y Venezuela.
Pero había en Perro Seco un náufrago en pena que
molestaba y asfixiaba a bañistas y nadadores desprevenidos. Quienes lo han visto y sentido dicen que es
peludo y de allí que se ha identificado como el Peludo del Polanco. Pero esto es parte de la leyenda, aunque
Teófilo Hernández, un pariente cercano a los Tomedes que solía bañase con los Pérez y los Maradei y nadar hasta el
Degredo, solía mostrar en el pie derecho la marca que según él le dejó el
apretón de El Peludo, cuando intentó atraparlo.
Otros viejos habitantes decían haber sentido en noches de insomnio los
chapuzones que se daba El Peludo en la playa del Polanco.
De Perro Seco salían los mejores nadadores del
Orinoco. De este barrio emergieron César
Araya, Caimán del Orinoco, Justo Gutiérrez, Cocodrilo del Orinoco y
Oscar García, quien ganó la primera prueba de las dos realizadas en septiembre
de 1954. Entonces lo bautizaron, Tiburón
del Orinoco, y con ese nombre atendió invitaciones de eventos similares
que se organizaron fuera del Estado.
En febrero del año siguiente se realizó entre Macuto y La
Guaira un Marathon de Natación al cual fue invitado el Tiburón del Orinoco,
Oscar García, quien ganó contra toldos los pronósticos venciendo al campeón
nacional Quintín Longa.
Los perrosequenses tenían pocos lugares de
distracción. Además de los juegos
tradicionales y la natación, muy periódicamente disfrutaban las novilladas del
Circo Monedero y las películas del Royal, cine establecido por la empresa Ortiz
y Co, en febrero de 1931 con los primeros filmes parlantes llegados a Ciudad
Bolívar: Héroes de Ultima Hora y Canción de Amor. Los otros cines existentes
para entonces eran el América, en el Paseo Falcón; el Cine Olimpia en Los
Morichales y el Cine San Antonio en el paseo del mismo nombre.
En los años cuarenta el cine mexicano ya tenía
aficionados en Ciudad Bolívar que se desvivían por ver películas como María
Candelaria, con dirección y actuación del Indio Fernández; Flor Silvestre, Río
Escondido, La Red, también del Indio Fernández, y que hicieron populares los
nombres de María Félix, Dolores del Río y Pedro Almendariz.
La película mexicana Rancho Grande entusiasma a los
bolivarenses y hace que Joaquín Echeverría hijo, empresario entonces de
espectáculos públicos, contrate a su protagonista Tito Guízar, quien se hallaba
en Caracas, para que venga en persona a presentarse en los cines de la
ciudad. El 18 de septiembre de 1941,
difícilmente se quedan los bolivarenses en casa. Todos querían ver a Tito
Guízar y lo vieron cantando Rancho Grande, un rancho, por supuesto, muy
distinto, por lo grande y por lo alegre, a los que entonces poblaban al El
Polanco, Las Palmitas, El Pueblito y Perro Seco. Ahora casi no hay ranchos, el concreto armado
y el bloque los ha sustituido y apenas en estado de ruinas quedan algunas
viviendas de piedra y barro como la de Carlos Pérez, quien fue Prefecto de
Borbón o como las que en un principio, hace dos siglos, se iniciaron o enseñaron al sector a vivir en
comunidad. Una comunidad que ha dejado
de ser barrio y ahora es fundamento reticular de la ciudad, pero sin perder su
identidad. Una Asociación de Vecinos,
dividida en sector uno, presidida por Manuel Olivo y la del sector dos,
presidida por Nohelia de Hernàndez, se
ocupa de sus problemas y hasta de lo artístico cultural. Para suplir la falta del Circo Monedero y del Cine Royal, reapareció Juan Tapara, un teatro de
títeres, payasos y zancos, dirigido por Eutimio Arenas.
. El barrio Perro Seco que ha crecido hasta
abarcar parte de la Avenida 5 de Julio, la calle Norte del Cementerio, la calle
El Ciruelar, el Paso Arauca y el tramo naciente de La Concordia, además de la
avenida Guzmán Blanco, merece una atención más solícita y detenida,
especialmente lo requiere el Cementerio que data desde la época de Juan Vicente
Cardozo, diputado por Guayana en el Congreso de Angostura y primer Alcalde de
la ciudad en 1817. Allí descansa el
prócer como también los restos de ilustres hombres de la nacionalidad, muchos
en monumentos funerarios de
extraordinario valor artístico que lamentablemente se derrumban en esa
necrópolis de nuestros ancestros que en la actualidad parece un laberinto de
tumbas sin orden ni concierto, blanco, para mayor desgracia, del malandraje
nocturno indetenible.
Gracias, Américo Cronista de la ciudad, muy útil su información para la actividad a realizar este 18 de enero cuando se cumple 203 Aniversario de la Batalla de Perro Seco, proyectada a la comunidad por la UNI-3. Universidad de la 3era. Edad. Gran Macizo Guayanes/Bolívar. desde sus 200 Aniversario. Enero, 2017 .
ResponderEliminarExcelente resumen de la historia de cd Bolívar lastima que no se menciono el cine ríos la laja y el cerro el zamuro
EliminarMuy útil y de gran transcendencia para la Comunidad, trataremos de llevarla, ya que LA UNI3 GRAN MACIZO GUAYANÉS BOLIVAR, esta de comunicación activa de LA BATALLA, de la cual ud. Nos puede ayudar mucho. Dándole las gracias por anticipado
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