Los grandes hombres lo son porque encontraron caminos
llenos de dificultades que en vez de amilanarlos, templaron el empeño por hacer
posible su obra. El camino de Simón
Bolívar, por lo grande, también lo estuvo y aún, después de muerto, resultó
difícil que enemigos o adversarios
removieran las piedras del odio político que habían colocado en su camino
Ya cumplida la obra de libertad en la
postrimería de su vida, Bolívar fue víctima de la ambición y el odio
políticos. Paradójicamente y con mayor
fuerza lo fue en su patria Venezuela. Es posible que los separatistas
venezolanos hayan tenido razón en contrariar la realidad gran colombiana que el
Libertador se empeñaba en sostener, pero de ninguna manera hasta el extremo de
menospreciar su obra, desacreditarlo, condenarlo al ostracismo y a la
ignominia.
Aunque después de su muerte, se negaban
sus adversarios bajar la guardia. Los atemorizaba el espíritu de Bolívar, y
José Antonio Páez, por no contrariar o defraudar a quienes lo secundaron desde
un principio en la revuela separatista, toleró los más infortunados desafueros.
Esperaba, tal vez, que la misma tierra que sepultó los restos del Libertador,
sepultara también algún día el odio y la revancha, y así parece que ocurrió,
pues el 9 de febrero de 1842, atendiendo a una solicitud de sus familiares, el
Presidente José Antonio Páez pidió al Congreso de la República decretara
honores públicos al Libertador y asimismo el traslado de sus restos de Santa
Marta (Colombia) a su ciudad natal. El
30 de abril, el Congreso dictó un decreto en ese sentido.
Comenzaron los bolivarianos de corazón
a salir de su mutismo obligado, a movilizarse para rescatar en los venezolanos
la memoria del Libertador que se veía perder entre los nubarrones del tiempo.
Surgió entonces la figura del hombre que fue siempre su amigo y compañero leal,
el General Rafael Urdaneta, quien el 28 de octubre de 1842 proclamó la
fundación de “La Gran Sociedad Boliviana de Caracas”, con el objeto de
contribuir a la perpetuidad del nombre del hombre, del pensamiento y la obra de
Bolívar.
Al mes siguiente, comenzó a hacerse
realidad el traslado de los restos del Libertador cuando los buques venezolanos
“Constitución” y “Caracas”, bergantín británico “Albastros”, el bergantín
holandés “Venus” y la fragata francesa
“Cirse”, que conducían a los comisionados, doctor José María Vargas,
general José María Carreño y Mariano Ustáriz, anclaron el 16 de noviembre de
1842 en el puerto de Santa Marta.
El cadáver de Bolívar había sido
sepultado en una bóveda de la Iglesia Catedral, perteneciente a la familia Díaz
Granados, y el 20, en presencia del General Joaquín Gutiérrez Posada,
gobernador de Santa Marta, del Obispo de la Diócesis y de otras altas
personalidades, se dio principio a la imponente ceremonia que concluyó cuando
los restos fueron embarcados en el buque “Constitución”, el cual seguido del
convoy, se hizo a la vela el 23 de noviembre. En diciembre llegaron los restos
a Caracas y fueron depositados en una cripta de la Catedral Metropolitana.
En enero de 1843 son los empleados y
vecinos de Guayana los primeros de la provincia en manifestar su sentimiento bolivariano,
solicitando al Congreso de la República, le cambie el nombre a la ciudad
capital de Angostura por el de Bolívar, a fin de perpetuar la memoria del
Liberador. Entre las firmas aparecen la del gobernador Ramón Burgos, la del
Obispo Mariano Talavera y Garcés y Juan Bautista Dalla Costa Soublette.
En Venezuela para entonces no había
pueblo, villa, ciudad ni provincia que llevara el nombre de Bolívar; en cambio,
en algunas ciudades de los Estados Unidos el nombre de Bolívar figuraba en
varios lugares y la Capital de la Provincia del Chimborazo en el Ecuador
ostentaba el nombre del Libertador, aparte del nombre de la República de
Bolivia que lo honró en vida.
El 7 de mayo de ese año 1843, la ciudad
de Barcelona de Anzoátegui, decidió afiliarse a Caracas y fundó la primera Sociedad
Bolivariana del interior, seguida por Trujillo (29 de mayo),
Chaguaramos (5 de julio), Barquisimeto (8 de octubre) y Barinas (22 de
octubre).
El 30 de mayo de 1846, el Congreso de
la República, presidido por el senador Rafael Enríquez, decretó que la ciudad
de Angostura, Capital de la Provincia de Guayana, se denominara Ciudad Bolívar.
El decreto ejecutado el día siguiente por el Presidente de la República, Carlos
Soublette, comenzó a cumplirse con todas las formalidades de ley, el 24 de
junio del mismo año.
A raíz de la muerte del General Rafael
Urdaneta, ocurrida mientras se hallaba en Paris en una misión diplomática del
gobierno, la Sociedad Boliviana se debilitó y ya en 1850 había cesado sus
actividades.
En 1864 es Ciudad Bolívar la que da el
primer paso para erigirle una estatua al Libertador en Venezuela. La Asamblea
Constituyente del Estado Soberano de Guayana decretó el 16 de junio erigirle al
Libertador una estatua ecuestre en la Plaza de su nombre, pero este decreto no
se ejecutó sino en octubre de 1868, sólo que en vez de ecuestre, se levantó una
estatua pedestre, copia de la original del escultor italiano Pietro Tenerani
que se halla en la Plaza de Bogotá desde 1846.
El 28 de octubre de 1932 se reestablece
la Sociedad con el nombre de Sociedad Bolivariana de Venezuela
sobre el modelo de la Gran Sociedad Boliviana de Caracas.
La modificación se debe a que el nombre había sido adoptado por la Real
Academia Española y referido el término boliviano a Bolivia. Se destaca como
gran promotor de este renacer, el coronel Carlos Sánchez, Director de Guerra y
Marina, quien venía propugnándola desde 1930 junto con el Capellán del Ejército
Carlos Borges.
El 23 de marzo de 1938, el Presidente
de la Republica Eleazar López Contreras, dictó un decreto dándole legalidad de
Institución Pública Nacional a la Sociedad Bolivariana de Venezuela y resuelve sobre la convocación de un Congreso
Bolivariano, el cual se reunió en Caracas el 28 de junio al 7 de agosto
de 1938 bajo la presidencia del historiador Vicente Lecuna.
El 13 de abril de 1938, por decreto del
Presidente del Estado Bolívar Dr. José Benigno Rendón, fue creada la Sociedad
Bolivariana del Estado Bolívar bajo la presidencia del Obispo Miguel
Antonio Mejía y delegado al Congreso Bolivariano a reunirse en Caracas fue
designado el doctor Adán Blanco Ledesma, Cronista de Ciudad Bolívar.
El Congreso, además de aprobar su
Estatuto General, autorizó a la Junta Directiva para iniciar por los medios a
su alcance una revista trimestral dirigida a divulgar el pensamiento y obra del
Libertador. Asimismo, los “Escritos del Libertador”, que ha
resultado ser la más completa recopilación de su obra, de la cual se han
publicado ya numerosos volúmenes.
El 3 de febrero de 1940, la Sociedad Bolivariana del Estado
Bolívar adquirió por donación la Casa de los Gobernadores que convierte
en su sede (Calle Amor Patrio) y se instala en ella bajo la Presidencia del Dr.
Adán Blanco Ledezma, en acto transmitido por la Radio Bolívar. En esa ocasión
se estrenó el Himno Bolivariano con letra y música de Sanseverino. Fue
interpretado por los Boy Scouts, alumnos de la Escuela Francisco Antonio Zea y
Nuestra Señora de la Nieves, el 15 de febrero, aniversario del Congreso de
Angostura.
Con motivo del Bicentenario del Natalicio del
Libertador (1983), fueron creadas la Fundación Rafael Urdaneta, con miras a
recabar fondos para lograr la independencia económica de la Sociedad
Bolivariana y la Fundación Bicentenario que preside el doctor Oswaldo D’ Sola,
que se impuso como tarea principal la creación del Museo Histórico de Guayana, inaugurado en febrero de 2002 en la
antigua casa, previamente restaurada, de
la sucesión Aristeguieta. Una extensión de este Museo también fue inaugurada
con antelación en el Ecomuseo, Edificio Macagua II de Edelca, en Ciudad
Guayana.
Finalmente, la Fundación Urdaneta ha
propiciado en escala nacional con la colaboración del Ministerio de Educación y
Gobernaciones de Estado, las Sociedades Bolivarianas Estudiantiles
que aquí en el Estado Bolívar está bajo el cuido de la División Académica,
adscrita a la zona educativa, y coordinada por el Programa de Difusión Cultural
La Sociedad Bolivariana del Estado Bolívar
tuvo el 29 de abril de 1942, su segundo Presidente, Irma Huncal de Gruber y Presidentas
honorarias doña Irma Felizola de Medina y Sara Monserratte de Mayer. Otros
presidentes que pasaron por la Sociedad Bolivariana del Estado Bolívar fueron,
José Gonzalo Salas, el General Betancourt Infante, para entonces Jefe del
Estado Mayor de la V División de Selva, y la
profesora Carmen Padilla.
Merece destacarse la actuación de
Betancourt Infante, por cuyas gestiones el Consejo Municipal donó a la Sociedad
Bolivariana, la Casa Wantzelius que comenzó a
restaurar el Ministerio de Desarrollo Urbano, bajo la dirección de la extinta
arquitecto Elisa Guedez.
Pero una vez restaurada, el Gobierno
Regional la destinó a la Dirección de Educación, Cultura y Deportes, por lo que
el Ejecutivo está en deuda con la Sociedad Bolivariana, a la que debe compensar
o retribuir con uno de esos otros inmuebles que se restauran en el Casco
Histórico, para que le sirva de sede.
En Ciudad Bolívar han tenido lugar vaiosCongresos
de Sociedades Bolivarianas Estudiantiles y el Primer Congreso Sur Oriental, el
cual tuvo lugar en el auditorio de la CVG del 21 al 25 de abril de 1998, y
donde los delegados de cada estado, tanto a nivel básico como diversificado
presentaron importantes ponencias. Este
Congreso muy bien organizado y del cual fui jurado, estuvo presidido por Juan
Carlos Marrero, del Colegio Moral y Luces de Ciudad Bolívar y quien dentro de
la corriente bolivariana tiene nacionalmente un nombre, no sólo por sus
trabajos y la forma como los expone, sino por su espíritu, disciplina y
presencia de ánimo en todas las jornadas.
No queremos concluir sin dar a conocer
el Himno Bolivariano original del Estado Bolívar, sustituido nacionalmente por
el actual, de los profesores Neri Carballo y Beatriz Lockhart, y que los
estudiantes bolivarenses cantaron durante mucho tiempo:
HIMNO
BOLIVARIANO
El faro alumbró el camino de la unión
Marchemos triunfantes con nuestro pabellón
Palabra sublime, soy bolivariano,
Y, presto a morir, batallemos con pasión.
La patria y la historia veneradas son
Juventud heroica y gloriosa
Dios bendiga nuestros ideales
Más unidos por fuerza y valor
Juventud, saluda a la Bandera
y al venerado Padre de la Patria.
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